"La mujer ser mucho parlera, regla general es dello; que non es mujer que non quisiese siempre hablar e ser escuchada. E non es de su costumbre dar lugar a que otra hable delante della; e si el día un año durase, nunca se hartaría de hablar e non se enojaría día nin noche. E por ende, verás muchas mujeres que de tener mucha continuación de hablar, cuando non han con quién hablar, están hablando consigo mesmas entre sí. Por ende, verás que una mujer es osada de, hablando, las bocas de dize hombres atapar e vencerlas hablando e mal diciendo. Cuando razón non le vale, empieza a porfiar, e con esto nunca los secretos de otro y otra podría celar. Antes te digo que te debes guardar de haber palabras com mujer, que algún secreto tuyo sepa, como del fuego"
Arcipreste de Talavera, El Corbacho o Reprobación del Amor Mundano, XII, Madrid: Círculo de Amigos de La Historia, 1973, p. 181.
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