"Dios no replica a Job con elaboradas teologías. No defiende la creación en términos de justicia. No se defiende racionalmente. Su razonamiento es puramente estético. Muestra a Job las maravillas de la creación y le pregunta: «Acaso serías tú capaz de crear algo más bello?» Y, como el artista, que no entiende las razones del crítico, le reprocha: «Cuándo terminaréis con las palabras?». Así, mientras el bien es transparente, el mal comparte con la belleza su condición de lo «prodigiosamente puro y absoluto que trasciende el pensamiento, el misterio presentado en su forma pura y no racional». El mal no solo no contradice la belleza de la Creación, sino que integra, al menos, la mitad de su cerne. La Creación no admite (en realidad, ninguna creación admite) la crítica de los hombres, pues necesariamente la contiene."
Luis Maria Marina, Las Tentaciones de Lisboa, Gijon: Ediciones Trea, 2015, p. 40.
No comments:
Post a Comment