Friday, July 31, 2015
DIVINOS
"Pero los que a mí —dijo Andrenio— más me llenaron en esta artificiosa fábrica del hombre fueron los ojos.
—¿Sabes —dijo Critilo— cómo los llamó aquel grande restaurador de la salud, entretenedor de la vida, indagador de la naturaleza, Galeno?
—¿Cómo?
—Miembros divinos, que fue bien dicho, porque si bien se nota, ellos se revisten de una majestuosa divinidad que infunde veneración, obran con una cierta universalidad que parece omnipotencia, produciendo en el alma todas cuantas cosas hay en imágines y especies, asisten en todas partes remedando inmensidad, señoreando en un instante todo el hemisferio.
—Con todo, reparé yo mucho en una cosa —dijo Andrenio— y es que, aunque todo lo ven, no se ven a sí mismos, ni aun las vigas que suelen estar en ellos, condición propia de necios: ver todo lo que pasa en las casas ajenas, ciegos para las propias. Y no fuera poca conveniencia que el hombre se mirara a sí mismo, ya para que se temiera y moderara sus pasiones, ya para que reparara sus fealdades."
Baltasar Gracián, El Criticón, 7ª ed., Madrid: Espasa-Calpe, 1968, p. 82.
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